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EL ESGRAFIADO

El Esgrafiado es una técnica de pintura mural que combina la pintura con el volumen.

Esta técnica se realiza con una argamasa de cal, arena y agua a la que añadimos el pigmento del color que queramos, siempre mineral, ya que si no es mineral se produce una reacción con la cal dejando la masa dura e inservible.


En este tipo de pintura mural se suelen usar de dos a seis colores, siendo más compleja cuantos más colores la compongan.

El procedimiento es el siguiente:

A partir de bocetos debe quedar claro la forma del mural y los colores que la componen, para así hacer tantas argamasas como colores tenga nuestro mural.

Desde esto, se aplica el primer color, dejando la superficie plana y sin pompas. Debemos dejarlo secar  durante un día mínimo para después aplicar las siguientes capas sobre él.


En la siguiente jornada, aplicaremos los demás colores, una capa sobre otra, de forma nivelada y sin pompas.

En esta misma jornada, para que no se endurezcan las capas de argamasa, se calcará el dibujo del mural y utilizando unos utensilios llamados esgrafiadores o vaciadores, se va eliminando las partes de argamasa hasta llegar al color que necesitamos.


Es muy importante tener muy claro dónde se sitúa cada color y cuantas capas tenemos que eliminar hasta llegar al color que necesitamos.




Al igual que el fresco, esta técnica se puede dividir en jornadas, siempre teniendo especial cuidado en la unión de una jornada y otra, para que en el resultado final se note lo menos posible.



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